La traducción al español del Devocional semanal de David

Peter proclaiming Jesus

Pedro proclamando a Jesús

Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis. (Hechos 2:22)

Cuando Pedro predicó a esta gran multitud en Jerusalén en Pentecostés, primero explicó que los sonidos y eventos extraños que habían sucedido eran en realidad evidencia de un derramamiento del Espíritu Santo. Lo explicó al citar de la Biblia.

Peter proclaiming Jesus

Esto fue extraordinario. En medio de un gran derramamiento del Espíritu Santo, cuando había señales, maravillas y el hablar en lenguas, ¿qué fue lo que hizo Pedro? Fue como si hubiera dicho: Tengamos un estudio bíblico para aprender del profeta Joel. De hecho, en su sermón de Hechos 2, Pedro citó de tres pasajes diferentes del Antiguo Testamento:  Joel 2:28-32, Salmo 16:8-11 y Salmo 110:1.

Este enfoque en la palabra de Dios no paró lo que el Espíritu Santo estaba haciendo; cumplió lo que el Espíritu Santo quería hacer. Todas las maravillas y el hablar en lenguas estaban preparándolos para esta obra de la palabra de Dios.

Es triste que muchas personas parecen pensar que la obra de la palabra de Dios opone la obra del Espíritu Santo. Piensan que es más espiritual no tener un estudio bíblico.

Sin embargo, cuando Pedro terminó de explicar el pasaje de Joel 2, no había terminado con su sermón. Le dijo a la multitud: Varones israelitas, oíd estas palabras. Muchas personas pensarían que hubiera sido suficiente que Pedro terminara después de citar de Joel, especialmente considerando todo lo que Joel nos dice:

– El derramamiento del Espíritu Santo (Hechos 2:17). 
– Sueños milagrosos, visiones y profecías (Hechos 2:17-18).
– Señales y prodigios sobre el día del Señor (Hechos 2:19-20).
– Una invitación a invocar el nombre del Señor y ser salvo (Hechos 2:21).

Por muy buenas que sean todas esas cosas, no fue suficiente, porque Pedro aún no había hablado acerca de la obra redentora de Jesús. Hasta este punto, todo había sido como una introducción, explicando las cosas extrañas que habían visto. Ahora Pedro traería el mensaje esencial a esta multitud diciendo: Varones israelitas, oíd estas palabras. Pedro ya había dicho algo similar al empiezo de su sermón (esto os sea notorio, y oíd mis palabras, Hechos 2:14). Pedro quería que la gente preste atención, y habló como si tenía algo importante que decir, algo que algunos pastores fallan en hacer hoy en día.

Después de esa segunda introducción, Pedro pronunció unas palabras esenciales. Les proclamó a Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él.

Entender al profeta Joel y la obra del Espíritu Santo era importante, pero comoquiera era esencial proclamar a Jesús. Anhelamos saber más de la palabra de Dios y experimentar más el mover del Espíritu Santo. Pero nunca podemos descuidar la proclamación esencial de Jesucristo, el Salvador del mundo.

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a changed man

Un hombre diferente

Entonces Pedro, con los once, se puso de pie y dijo a voz en cuello: «Compatriotas judíos y todos ustedes que están en Jerusalén, déjenme explicarles lo que sucede; presten atención a lo que les voy a decir. (Hechos 2:14)

Hechos 2 describe una serie de eventos extraordinarios. Mientras los 120 discípulos de Jesús estaban reunidos en un aposento alto, primero escucharon un fuerte ruido. Luego, vieron aparecer unas lenguas como de fuego que posaban sobre cada uno de ellos. Después, empezaron a alabar a Dios y a declarar sus obras maravillosas en diferentes lenguas que nunca antes habían hablado. A esto se le llama el don de lenguas y también se menciona en otros pasajes de la Biblia.

a changed man

En un día de eventos extraños, lo mejor estaba por suceder. Llegamos a ello comenzando en versículo 14: Pedro, con los once, se puso de pie. ¡Qué vista! Pedro de pie con los otros apóstoles, listo para hablar a la multitud asombrada.

Cuando Pedro habló a voz en cuello, fue el comienzo de un sermón asombroso. Junto con los once, Pedro se puso de pie y predicó a la multitud como representante del grupo de apóstoles.

Debemos notar que el hablar en lenguas cesó cuando Pedro empezó a predicar. El Espíritu Santo ahora obraba a través de la predicación de Pedro y no obraría contra sí mismo mediante el hablar en lenguas al mismo tiempo.

Cuando Pedro habló en voz fuerte y alta, también fue evidencia que había sucedido un gran cambio en Pedro. Ahora mostraba un valor y audacia que contrastaban completamente con la forma en que negó siquiera conocer a Jesús cuando arrestaron a su Salvador. Todo eso había sucedido antes de ser lleno del Espíritu Santo. Ahora, Pedro era un hombre diferente.

En el día de Pentecostés, Pedro no enseñó como solían hacerlo los rabinos de su época, quienes reunían discípulos a su alrededor, se sentaban e instruían a ellos y a cualquier otro que pudiera escuchar. En cambio, Pedro proclamó la verdad como un heraldo.

Este sermón extraordinario no fue preparado, fue dado espontáneamente. Pedro no se despertó esa mañana sabiendo que predicaría a miles y que esos miles se rendirían a Jesús. Al mismo tiempo, podríamos decir que este fue un sermón bien preparado; fue preparado por la vida anterior de Pedro con Dios y su relación con Jesús. Fluyó espontáneamente de esa vida y de una mente que pensaba y creía profundamente.

Es bueno recordar que lo que está registrado en Hechos 2 es solo una porción de lo que dijo Pedro. Hechos 2:40 nos dice esto: Y con muchas otras razones les exhortaba insistentemente. Como casi todos los sermones registrados en la Biblia, lo que tenemos es un resumen inspirado por el Espíritu Santo de un mensaje más extenso.

Ese mensaje vino a través de un hombre cambiado por el poder del Espíritu Santo, y no es mucho decir que lo que comenzó con el sermón de Pedro cambió el mundo. Deja que el poder transformador del Espíritu reine libremente en tu vida hoy.

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tongues of fire

Lenguas de fuego

Y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo. (Hechos 2:3-4a)

Sucedió algo maravilloso cuando los 120 discípulos de Jesús se reunieron en el aposento alto. Primero, hubo un sonido inusual, algo que sonaba como un viento recio, el cual llenó toda la casa (Hechos 2:2).

Luego, después de que empezó el sonido del viento, vieron otra cosa extraordinaria: les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Una llama apareció sobre la cabeza de cada discípulo. Probablemente, la descripción de “lenguas repartidas, como de fuego” tiene el sentido de que las llamas estaban ardiendo y activas, apareciendo como si estuvieran quemando, pero sin dejar ninguna marca, incluso cuando estaban sobre cada uno de ellos.

tongues of fire

Este maravilloso suceso probablemente debe relacionarse con la profecía de Juan el bautista de que Jesús vendría para bautizar en Espíritu Santo y fuego. (Mateo 3:11)

A través de la Biblia, la idea detrás de la imagen del fuego suele ser de purificación, como el refinador usa el fuego para crear oro puro; o el fuego puede quemar lo que es temporal, dejando solo lo que durará. Esta es una excelente ilustración para el principio de que el llenamiento del Espíritu Santo no es solo para recibir poder, sino purificación.

En ciertos lugares del Antiguo Testamento, Dios mostró Su placer con un sacrificio al encender el fuego Él mismo, es decir, al mandar el fuego del cielo para descender y consumir el sacrificio. La experiencia que tuvieron los discípulos el día de Pentecostés es otro ejemplo de Dios enviando fuego desde el cielo para mostrar Su placer y poder, pero esta vez, descendió sobre sacrificios vivos (Romanos 12:1).

El Espíritu Santo se posó sobre cada uno de ellos. Un comentarista (A.T. Pierson) dijo que había un significado detrás de esa palabra asentándose: que tiene la idea de permanencia en la posición y una condición duradera. Esa idea es importante.

Bajo el antiguo pacto, el Espíritu Santo se posó sobre el pueblo de Dios pero más como una nación, es decir, Israel. Pero bajo el nuevo pacto, el Espíritu Santo se posa sobre el pueblo de Dios como individuos; las lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Este fenómeno extraño nunca había sucedido antes y nunca volvería a ocurrir en las páginas de la Biblia, pero se dio para enfatizar este punto: que el Espíritu de Dios estaba presente con y en y sobre cada individuo.

Lo más importante de todo: fueron todos llenos del Espíritu Santo. El sonido del viento recio y las lenguas repartidas, como de fuego fueron solo un fenómeno temporal inusual, que acompañó al verdadero don, ser lleno del Espíritu Santo.

Hoy en día, no debemos esperar escuchar el sonido del viento o ver una lengua de fuego cuando el Espíritu Santo se mueve entre el pueblo de Dios. Pero podemos y debemos esperar ser llenos del Espíritu al recibir con fe y dejar que nos refine y purifique.

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rushing mighty wind

Un viento recio que soplaba

Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; Y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo. (Hechos 2:2-4a)

Después de que Jesús ascendió al cielo, los discípulos se juntaron para orar y buscar a Dios, esperando al Espíritu Santo que se les había prometido. Dios cumplió Su promesa, y estas palabras de Hechos 2 nos cuentan cómo descendió el Espíritu Santo sobre los discípulos en el día de Pentecostés. Este derramamiento del Espíritu Santo llegó con un sonido extraño y con una vista extraña.

rushing mighty wind

Nota el sonido extraño: y de repente vino del cielo un estruendo. La asociación del sonido de un viento reciocual llenó toda la casa con el derramamiento del Espíritu Santo probablemente tenga conexión con el hecho de que tanto en el idioma griego como en el hebreo, la palabra espíritu es la misma palabra que significa aliento o viento. El estruendo que vino del cielo aquí fue el sonido del derramamiento del Espíritu Santo sobre los discípulos.

El sonido de este viento recio haría pensar en la presencia del Espíritu Santo a cualquiera de estos discípulos que conocían las Escrituras hebreas.

– En Génesis 1:1-2, es el Espíritu de Dios como el aliento/viento de Dios que se movía sobre la faz de las aguas.
– En Génesis 2:7, es el Espíritu de Dios como el aliento/viento de Dios que sopló aliento de vida en el hombre recién creado.
– En Ezequiel 37:9-10, es el Espíritu de Dios como el aliento/viento de Dios moviéndose sobre los huesos secos de Israel dándoles vida y fuerza.

Esta sola frase nos dice mucho sobre cómo se mueve el Espíritu Santo:

– De repente: A veces Dios se mueve de repente.
– Estruendo: Era real, aunque no se podía tocar; era algo real que les llegó a los oídos.
– Del cielo: No fue de la tierra; no fue creado, manipulado, o modelado aquí.
– Recio: Vino lleno de fuerza, llegando con gran poder.

Note que esto no sucedió en ningún otro lugar en el libro de los Hechos cuando el Espíritu fue derramado. Varias otras veces el Espíritu Santo llenó poderosamente al pueblo de Dios (Hechos 4:8, 4:31, 13:9, 13:52, 19:6). Esas fueron obras maravillosas y válidas del Espíritu, pero en ninguna de esas otras ocasiones escucharon un estruendo del cielo como de un viento recio que soplaba. El sonido extraño era para ese día en particular, pero no de importancia duradera.

A veces, Dios realiza cosas que solo pasan una vez, algo especial para una sola ocasión. ¿Puedes imaginarte si, en otra ocasión posterior, los discípulos dijeron: “Hoy no fuimos realmente llenos del Espíritu porque no escuchamos ese sonido del cielo”? O, si dijeron: “La próxima vez, debemos escuchar el mismo sonido, ¡y escucharlo aún más fuerte!”

Ese modo de pensar es una trampa. Dale a Dios el mérito de saber cuándo es necesaria una experiencia especial y cuándo no la es.

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all filled with the Holy Spirit

Todos llenos del Espíritu Santo

Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo. (Hechos 2:2-4a)

Cuando los 120 seguidores de Jesús se reunieron de acuerdo con el mandato de su Salvador, sucedió algo extraordinario. El bautismo del Espíritu Santo que Jesús les había prometido en Hechos 1:5 vino sobre ellos. Leemos que fueron todos llenos del Espíritu Santo.

all filled with the Holy Spirit

Es importante recordar que esta no fue la primera experiencia que los discípulos de Jesús tuvieron con el Espíritu Santo. Ellos no eran ajenos a la persona y obra del Espíritu Santo.

– Los discípulos vieron al Espíritu Santo obrar continuamente para el ministerio de Jesús.
– Los discípulos experimentaron algo del poder del Espíritu Santo cuando sirvieron a Dios (Lucas 10:1-20).
– Los discípulos escucharon a Jesús prometer una nueva obra venidera del Consolador (Juan 14:15-18).
– Los discípulos recibieron el Espíritu Santo de una manera nueva después de que Jesús terminó su obra en la cruz e instituyó con su sangre el nuevo pacto (Juan 20:19-23).

Pero aún con todo eso, todavía había más que recibir y experimentar con respecto a la obra del Espíritu Santo, y recibieron más aquí en Hechos 2.

Hechos 2 nos enseña mucho sobre el llenamiento del Espíritu Santo.

– Se nos promete el llenamiento del Espíritu Santo.
– Merece la pena esperar la llenura del Espíritu Santo.
– La llenura del Espíritu Santo viene como Él quiere, a menudo no de acuerdo con nuestras expectativas.
– La llenura del Espíritu Santo puede venir no solo sobre individuos, sino también sobre grupos (véase también Hechos 2:4, 4:31 y 10:44).
– La llenura del Espíritu Santo a menudo se da cuando Dios trata con nuestra carne y morimos a nosotros mismos.

También es importante ver lo que Hechos 2 no nos dice sobre la llenura del Espíritu Santo.

– La llenura del Espíritu Santo no se da según una fórmula.
– La llenura del Espíritu Santo no se gana. Siempre es un don gratuito.

Nadie puede negar que esto fue algo bueno. En los Evangelios, vemos mucha debilidad y vacilación en estos discípulos mientras seguían a Jesús. Pero después de esta llenura del Espíritu Santo, eran personas diferentes. No eran perfectos; pero eran diferentes.

Esta venida y llenura del Espíritu Santo era tan buena, tan esencial para el trabajo de la comunidad de los primeros cristianos, que Jesús dijo que era mejor para Él dejar la tierra corporalmente para poder enviar al Consolador (Juan 16:7).

Esta llenura del Espíritu Santo es para ti (Lucas 11:9-13). Pídele a Dios la llenura hoy.

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Pentecost - Two Loaves

Pentecostés – dos panes

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. (Hechos 2:1)

Jesús les había dicho a los discípulos que se quedaran en Jerusalén y esperaran el derramamiento del Espíritu Santo. Los discípulos hicieron justo lo que Jesús les dijo, y se reunieron en un aposento alto para orar y buscar a Dios día tras día, esperando que se cumpliera la promesa de Dios.

Jesús no les dijo cuánto tiempo tendrían que esperar. ¿Qué pensaron los discípulos? Si yo estuviera en su lugar, creo que pensaría: “Al tercer día, Dios enviará el derramamiento prometido del Espíritu Santo”. Después de todo, la resurrección de Jesús pasó tres días después de su crucifixión. Pero no era el tercer día.

Pentecost - Two Loaves

Entonces creo que pensaría: “Seguramente que sucederá el séptimo día. Siete es el numero de consumación y cumplimiento de Dios”. Pero no era el tercer día, ni tampoco el octavo. Aunque algunas personas relacionan el numero 8 en la Biblia con nuevos comienzos.

Esperaron hasta que llegara el día de Pentecostés, pero no sabían de antemano cuánto tiempo tendrían que esperar. Sería fácil para ellos pensar que sucedería la misma tarde que Jesús ascendió al cielo; o después de 3 días o 7. Pero tuvieron que esperar 10 días enteros hasta que llegó el día de Pentecostés.

Pentecostés era una celebración judía que se celebraba 50 días después de la Pascua. Celebraba las primicias de la cosecha de trigo. También se le llamó la fiesta de las semanas (Éxodo 34:22) y la fiesta de la siega (Éxodo 23:16).

Levítico 23:15-22 da las instrucciones originales para la celebración de Pentecostés. Como parte de los sacrificios sacerdotales públicos hechos para esta fiesta, Levítico 23:17 dice específicamente que dos panes con levaduradebían ser mecidos ante el Señor.

Esto fue muy inusual. Generalmente, Israel no podía ofrecer ningún tipo de levadura con una ofrenda de sangre (Éxodo 23:18, 34:25). Pero Dios codificó un mensaje oculto en la ceremonia de la fiesta de Pentecostés. Fue como si Dios dijera: “Un día, en Pentecostés, lo que se pensaba que era inmundo e inaceptable será presentado ante Mí, y lo honraré”.

Durante siglos antes del Pentecostés descrito en Hechos 2:1, Israel vio los panes con levadura mecidos ante Dios en la ceremonia ordenada para esta fiesta. Quizás se preguntaban qué significaba. Pero nosotros sabemos; como dijo el gran predicador inglés Charles Spurgeon, “No había dos panes? No solo Israel será salvo, sino que la multitud de los gentiles se convertirá al Señor Jesucristo”.

Los discípulos tuvieron que esperar, probablemente más de lo que esperaban. Pero uno nunca espera demasiado para algo tan bueno: Dios uniendo a judíos y gentiles en una nueva familia, llamada “la iglesia”.

¿Dios te tiene esperando más de lo que te gustaría esperar? Sigue confiando en Él; puede que te sorprendas de lo bueno que es el cumplimiento de la promesa de Dios.

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Rolling the Dice

Probando la suerte

Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido, para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar.

Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles. (Hechos 1:24-26)

Después de pensar acerca de lo que la Biblia decía, los discípulos entendían que debían elegir a alguien que tomara el lugar del Judas muerto y deshonrado. Como dice en Salmo 109:8, otro debe tomar el oficio de Judas.

Rolling the Dice

¿Cómo deberían elegir al que sería el duodécimo apóstol? Los discípulos hicieron las cosas correctas. Estaban en un lugar de obediencia a Dios. Buscaron la voluntad de Dios en las Escrituras. Usaron algo del sentido común. Además, también oraron (Hechos 1:24). Para ellos era fácil orar porque ya lo estaban haciendo (Hechos 1:14). Probablemente se recordaron de los tiempos cuando Jesús oró antes de escoger a los doce discípulos (Lucas 6:12-13).

Luego, hicieron algo un poco inusual: echaron suertes. Esto básicamente era tirar dados para obtener la respuesta. Muchos han cuestionado este método; no parece espiritual decidir sobre la voluntad de Dios tirando dados.

Sin embargo, pienso que cuando echaron suertes, realmente confiaron en Dios. Aunque todavía no habían sido llenos del Espíritu Santo como pronto lo estarían, todavía querían escoger un método que les hiciera depender en Dios. Tal vez se recordaron de Proverbios 16:33: La suerte se echa en el regazo; Mas de Jehová es la decisión de ella.

Algunos insisten que Matías fue la elección equivocada y que el uso de suertes para hacer la decisión no fue correcto. La idea es que Dios eventualmente habría escogido a Pablo si el oficio de Judas hubiera quedado disponible. Pero debemos respetar el testimonio de las Escrituras; Dios no quiso que el oficio permaneciera libre. Si hubiera permanecido sin llenar, podría verse como una victoria para Satanás; hubiese sido como si Jesús escogiera a 12, pero uno quedó corto y por lo tanto Satanás derrotó el deseo de Jesús de tener 12 apóstoles.

En cuanto a Pablo, claramente se consideraba a sí mismo un apóstol, pero uno nacido fuera de tiempo (1 Corintios 15:8). No parece que Pablo se opusiera a la selección de Matías.

Echar suertes puede ser una forma imperfecta de discernir la voluntad de Dios, pero es mucho mejor que algunos métodos que muchos cristianos usan hoy en día para tomar grandes decisiones:

– Dependen de sus emociones.
– Dependen de las circunstancias.
– Dependen de los sentimientos.
– Dependen de los deseos carnales.

¡Sería mejor tirar los dados y confiar en Dios por los resultados!

Al final de todo, Matías fue contado con los once apóstoles. Yo creo que Dios los guió a la decisión correcta y también nos guiará a nosotros cuando le obedecemos, buscamos las Escrituras, oramos y confiamos en Él. ¡Hazlo hoy!

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Making Big Decisions

Cómo tomar grandes decisiones

Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo. Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban… Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos. (Hechos 1:12-14)

¿Eres bueno para tomar decisiones importantes? En Hechos 1, los discípulos tenían que tomar una decisión grande. Entendían de las Escrituras que era apropiado remplazar a Judas, el deshonrado que traicionó a Jesús antes de suicidarse. Pero ¿quién remplazaría a Judas para cumplir con su cargo? Los pasos que tomaron en Hechos 1:12-14 nos sirven como ejemplo para cuando nosotros tengamos que tomar decisiones importantes.

Making Big Decisions

Primero, nota su obediencia: Entonces volvieron a Jerusalén. Justo antes de que Jesús ascendiera al cielo, les dijo que regresaran a Jerusalén y esperarán la venida del Espíritu Santo. Es exactamente lo que hicieron. A veces escuchamos a Dios hablarnos por medio de su palabra, pero lo olvidamos rápidamente. ¡Hay muchos sermones buenos que se han perdido en el camino desde la iglesia hasta el estacionamiento! Pero aquí los discípulos hicieron lo que Jesús les había ordenado, aunque Él ya no estaba presente con ellos físicamente. Si queremos tomar buenas decisiones, debemos comenzar ahora mismo a obedecer lo que sabemos que es la voluntad de Dios.

Segundo, nota su unidad: Todos éstos perseveraban unánimes. Cuando leemos de los discípulos en los Evangelios, parece que siempre se estaban peleando o quejándose. ¿Qué cambió? Pedro todavía tenía su historial de negar a Jesús, Mateo todavía había sido un recaudador de impuestos y Simón todavía era un cananista. Sus diferencias todavía existían, pero el Jesús resucitado en sus corazones era mayor que cualquiera de sus diferencias. Cuando buscamos a Dios acerca de una decisión importante, la falta de unidad con nuestros hermanos y hermanas en Jesús realmente puede obstaculizar el camino. La falta de comunidad, ya sea por nuestra ausencia o por una mala relación, nos pone en un mal lugar para tomar decisiones.

Finalmente, nota su oración: Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego. Todos oraron, y continuaron unánimes en oración y ruego. La idea tras la palabra ruego es de desesperación y seriedad en la oración. La oración mostró que dependían de Dios y la profundidad de su oración mostró la profundidad de su dependencia en Él. Dios honra cuando dependemos de Él.

Estas tres cosas nos sirven como ejemplo de cómo tomar buenas decisiones para agradar a Dios: la obediencia, la unidad y la oración. Ahora es el tiempo para dedicarle atención a estas tres áreas, antes de que te encuentres teniendo que tomar una gran decisión. Si ya estás en un tiempo de decisión, no esperes, dale atención a la obediencia, la unidad y la oración.

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this same Jesus

Este mismo Jesús

Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. (Hechos 1:9-11)

Unos 40 días después de su resurrección, Jesús reunió a sus discípulos en el monte de los Olivos y les dijo que fueran testigos de Él en toda la tierra. Al terminar ese importante y último mandato, Jesús hizo algo extraordinario. Su cuerpo físico fue alzado al cielo, incluso cuando sus discípulos observaban. Él subió y subió hasta que desvaneció en las nubes y no se le pudo ver más.

this same Jesus

Jesús quería que sus discípulos vieran su partida de la tierra al cielo. Leemos, viéndolo ellos, fue alzado. Para Jesús, era importante dejar a sus discípulos de esta manera. Él pudo haber desaparecido al cielo y a la presencia del Padre de una manera secreta. Pero Jesús quería que sus seguidores supieran que se había ido para siempre, a diferencia de la manera en la que apareció y reapareció durante los 40 días posteriores a su resurrección.

Jesús les dijo a los discípulos que les convenía que Él se fuera porque les mandaría al Espíritu Santo (Juan 16:7). Ahora los discípulos podían saber que esa promesa se cumpliría. El Espíritu Santo venía porque Jesús prometió enviar el Espíritu después de irse, y la ascensión fue la manera en demostrar que Jesús realmente se había ido.

Mientras los discípulos veían al cielo, dos varones –ángeles– preguntaron: ¿por qué estáis mirando al cielo? Les dijeron a los discípulos que se enfocaran en lo que Jesús les dijo que hicieran, no en dónde y cómo se había ido Jesús.

Los dos varones se refirieron a Jesús como este mismo Jesús. Esto nos recuerda que el Jesús que ascendió al cielo y está sentado a la diestra de Dios el Padre es el mismo Jesús del Evangelio. Es el mismo Jesús de amor, gracia, bondad, sabiduría y cuidado. El Jesús en el cielo es este mismo Jesús.

Luego, también prometieron algo maravilloso: Jesús vendrá como le habéis visto ir al cielo. Este Jesús regresará tal como se fue.

– Él se fue físicamente y vendrá como le habéis visto ir.
– Él se fue visiblemente y vendrá como le habéis visto ir.
– Él se fue del monte de los Olivos y vendrá como le habéis visto ir.
– Él se fue en presencia de sus discípulos y vendrá como le habéis visto ir.
– Él se fue bendiciendo a Su pueblo (Lucas 24:50-51) y vendrá como le habéis visto ir.

¡Ven pronto, Señor Jesús!

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Promised Power

Poder prometido

Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. (Hechos 1:8)

Justo antes de que Jesús ascendiera al cielo, sus discípulos le preguntaron acerca de la restauración de Israel, dándole al pueblo judío la prominencia prometida por los profetas cuando el reinado del Mesías se cumpliera por completo. Jesús les dijo que era mejor si no supieran eso, pero tenía algo aún mejor para ellos.

Jesús prometió: Pero recibiréis poder. Si el reino nacional que querían iba a ser retrasado, el poder que necesitaban no. Pronto recibirían poder con la venida del Espíritu Santo. Jesús les prometió poder, pero no el tipo de poder que domina a otros; este es el poder de difundir el mensaje de reconciliación de Dios en Cristo Jesús, y llevar a las personas a la verdadera libertad en Jesús.

Promised Power

Este poder prometido significaba que Jesús podía prometer a estos discípulos: Me seréis testigos. El resultado natural de recibir este poder prometido sería que ellos llegarían a ser testigos de Jesús, por toda la tierra.

Noten que esto no fue un mandato; fue una simple declaración de hecho: Cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo… me seréis testigos. Las palabras me seréis describen lo que sucedería, no lo que tenían que hacer. En otras palabras, Jesús no les recomendó que se convirtieran en testigos; Dijo que serían testigos.

Si queremos ser testigos, tenemos que ser llenos del Espíritu Santo. El mejor programa de entrenamiento para la evangelización no sirve de nada sin la llenura del Espíritu Santo.

Jesús les dijo dónde serían testigos: en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Cuando Jesús mencionó cada uno de esos lugares, podemos imaginar las objeciones que los discípulos pensaron con respecto a cada lugar de ministerio que Jesús describió.

– Jerusalén: ¿No fue ahí donde Jesús fue ejecutado por la palabra de una multitud enojada?
– Judea: ¿No fue rechazado el ministerio de Jesús por los de Judea?
– Samaria: Muchos de los judíos en esa época tenían prejuicios contra los samaritanos.
– En lo último de la tierra, los gentiles eran vistos por algunos judíos de esa época como nada mejor que leña para el fuego del infierno.

Sin embargo, Dios quería que se enviara un testigo a todos estos lugares, y el Espíritu Santo les daría poder para hacer este trabajo. Como vivo en un lugar que sería considerado “lo último de la tierra” desde Jerusalén, ¡me alegro de que lo que comenzaron continúe hasta el día de hoy!

Esa declaración no terminó con esos primeros discípulos. Hoy, Dios tiene un Jerusalén, un Judea, una Samaria y un fin de la tierra donde Él quiere que su pueblo sea su testigo. Pero recuerda: necesitamos el poder del Espíritu Santo para hacer esto. Pregunta y recibe hoy.

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