Orar la Palabra de Dios
“Que por boca de David tu siervo dijiste:
¿Por qué se amotinan las gentes,
Y los pueblos piensan cosas vanas?
Se reunieron los reyes de la tierra,
Y los príncipes se juntaron en uno
Contra el Señor, y contra su Cristo.
Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera” (Hechos 4:25-28).
Puedes aprender mucho sobre una persona escuchándola orar y puedes aprender mucho sobre una iglesia a través de sus reuniones de oración. En Hechos 4 vemos una reunión de oración de la iglesia primitiva y nos muestra cosas maravillosas sobre ella. Su oración comenzó con tres principios importantes (Hechos 4: 23-24) y en Hechos 4:25 nos muestra algo más importante acerca de la oración.
Cuando la iglesia primitiva oró en Hechos 4, oraron la palabra de Dios. No sabemos específicamente quién dijo estas palabras específicas, pero expresaron el corazón unificado de toda la reunión de oración. Dijeron, por boca de David tu siervo dijiste. Este era el corazón de todos los discípulos en la reunión de oración (recuerde que oraron unánimes). Reconocían que las palabras del Antiguo Testamento (Salmo 2 para ser exactos) realmenteeran las palabras de Dios. Dios estaba hablando por boca de David [Su] siervo.
Este es un punto importante. Los apóstoles y profetas creían que las palabras del rey David, registradas en el Salmo 2, realmente eran las palabras del Señor Dios, dichas por boca del rey David. Los primeros cristianos tenían una alto concepto de las Sagradas Escrituras.
¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Su oración unificada citó el Salmo 2, porque los discípulos citaron el Salmo 2, porque él y los otros discípulos entendían lo que sucedía al ver lo que la Biblia había dicho al respecto. Del Salmo 2, entendían que debían esperar este tipo de oposición y no preocuparse por ello porque Dios estaba en control de todas las cosas.
Cuando oramos, debemos ver nuestras circunstancias a la luz de la Palabra de Dios. En conflicto, vemos la batalla espiritual (Efesios 6:12). Cuando hay pecado, confesamos y nos arrepentimos (Salmo 32: 3-4). Cuando necesitamos fuerza, confiamos en las promesas de Dios (Efesios 3:16).
Con esta confianza podían decirle a Dios: Haz cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera. Debido a que veían sus circunstancias a la luz de la Palabra de Dios, podían reconocer que la ira del hombre nunca opera fuera de la esfera del control de Dios; estos enemigos de Jesús solo podían hacer lo que la mano de Dios les permitiera.
Esto trae verdadera paz, saber que todo lo que se me presente ha pasado primero por la mano de Dios y que Él no permitirá que ni siquiera los actos más malvados de los hombres resulten en un daño permanente.
Hoy, permita que la palabra de Dios le dé la confianza y la paz de que Él tiene el control.
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