What Is the Basis of God’s Blessing? – Q&A for June 17, 2021
/0 Comments/in Q&A Transcripts/by David GuzikAll the Armor – Ephesians 6:11 – June 17 2021
/0 Comments/in Enduring Words for Troubled Times/by David GuzikWhat Comes from God – James 1:17-18 – June 16 2021
/0 Comments/in Enduring Words for Troubled Times/by David GuzikFilled with the Holy Spirit – Acts 4:8 – June 15 2021
/0 Comments/in Enduring Words for Troubled Times/by David GuzikStrong in the Lord – Ephesians 6:10 – June 14 2021
/0 Comments/in Enduring Words for Troubled Times/by David GuzikSatan and My Sin
/0 Comments/in Weekly Devotional/by David GuzikBut Peter said, “Ananias, why has Satan filled your heart to lie to the Holy Spirit and keep back part of the price of the land for yourself? While it remained, was it not your own? And after it was sold, was it not in your own control? Why have you conceived this thing in your heart? You have not lied to men but to God.” (Acts 5:3-4)
When we sin, whose fault is it? Sometimes we like to claim that the devil makes us sin. I don’t want to defend the devil, but Satan does not do everything he gets blamed for! The truth is that the world, the flesh, and the devil work together to lead us to sin and ruin. Acts 5 is an example of this.
In a season of great generosity among the first Christians, a man named Ananias and his wife Saphira wanted to be known as super-generous people. They sold piece of land. Then, they pretended to give all the money from the sale to the church, but actually kept back some of the money for themselves.
This was a sadly unnecessary sin. Peter told Ananias, while it remained, was it not your own? And after it was sold, was it not in your own control? Peter understood that the land and its value truly belonged to Ananias; he was completely free to do with it what he wanted. His crime was not in withholding the money, but in deceptively implying that he gave it all.
This was a sin so bad that Peter had to publicly confront Ananias. When Peter spoke, Ananias must have been crushed. Certainly, he expected praise for his spectacular gift, but was rebuked instead. Peter saw that Satan was at work, even through a man like Ananias who was numbered among believers.
There is no doubt that Satan did his work in the heart of Ananias. But Peter also described his sin in another way: Why have you conceived this thing in your heart? Satan had filled the heart of Ananias, yet Peter could ask why he had conceived this thing in your heart. Satan can influence the life of a believer, even a spirit-filled believer, but he can’t do your sinning for you. Ananias had to conceive it in his heart.
We need to practice spiritual warfare, knowing that our real enemies are spiritual (Ephesians 6:10-20). We should be on guard against Satan and all of his strategies.
However, if you are believer, please remember – Satan can’t make you sin. He can tempt you, scream at you, attempt to deceive or frighten you, but the devil can’t do your sinning for you.
So, as you are on guard against Satan and his strategies, also make sure you take double care to keep an open heart before God. Take care what you conceive in your heart. Don’t be afraid to do some heart-repentance. Therefore submit to God. Resist the devil and he will flee from you. (James 4:7)
Imagen y realidad
/0 Comments/in Devocional Semanal/by David GuzikPero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles (Hechos 5:1-2)
Dios se estaba moviendo de una manera poderosa entre los primeros cristianos. El movimiento de los seguidores de Jesús era tan reciente, tan nuevo y tan lleno de vida que ni siquiera habían tomado el título de “cristianos” – eso vendría después. Pero incluso sin ese nombre, eran una comunidad de amor, poder y gran generosidad.
Se ha dicho que siempre que Dios se mueve de una manera poderosa, el diablo también comienza a moverse. Hay algo de verdad en eso. A medida que la iglesia crecía y prosperaba, Satanás no se rindió – se puso a trabajar. La estrategia de Satanás de asustar a los cristianos para que callaran no funcionó, así que trató de atacarlos desde adentro.
Satanás atacó a la iglesia en un punto fuerte: la gran generosidad descrita al final de Hechos 4. Allí leemos de un hombre llamado Bernabé que fue especialmente generoso –y la gente notó su generosidad.
Entonces, leemos de cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer que vendió una heredad. Después de ver la gran generosidad de Bernabé y lo mucho que lo respetaron (Hechos 4: 36-37), Ananías y Safira decidieron que querían recibir el mismo respeto.
Aquí está el problema: una vez que vendieron la tierra, Ananías y Safira se quedaron con parte del precio. Vendieron la heredad y dieron solo una parte, pero insinuaron que lo habían dado todo sacrificialmente. Hicieron un mal uso del dinero para “comprar” la imagen de ser radicalmente generosos y, al mismo tiempo, se quedaron con una buena parte.
En una época en la que Dios se movía de manera notable, la codicia y mal uso del dinero por parte de esta pareja era una amenaza para la obra de Dios. No era solo Ananías – leemos, también su mujer lo sabía. Fueron socios en el engaño. Tal vez originalmente habían prometido vender la tierra y darle todo el dinero a Dios y les habían dicho a otros que harían eso. Pero cuando tuvieron el dinero en la mano, dijeron: “No tenemos que darlo todo – pero digámosle a todos que lo hicimos”.
Había mucho mal en el pecado de Ananías y Saphira, mal que iba más allá del intento de engañar a Dios y a la iglesia.
Le faltaron el respeto a Dios y defraudaron al Señor. Lo hicieron por una ambición retorcida de ser considerados personas maravillosas. Les importaba más tener la imagen de ser generosos que realmente ser generosos. Arrogantemente pensaron que eran lo suficientemente inteligentes como para pecar de esta manera y no ser descubiertos.
No funcionó. El encubrimiento planeado de nuestro pecado no funciona. Eventualmente, se exponen las cosas que son solo imagen y no realidad.
Hoy, pídale a Dios que lo guarde de las orgullosas mentiras que promueven la imagen de piedad, cuando la realidad se queda corta.